31.12.2011 s3r raRØ ·01· (publicación original: 21-07-1996)
Supongamos que, en un ataque del monstruo, me voy a un no tan lejano pasado y me convierto en la "Teta fósil de una monja cochambres".
Obsesionado por la vandálica costumbre de la auto censura y perseguido por la Inquisición, uno mismo llega a la conclusión de que el término "pecho" resulta mucho más correcto. ¡Todavía mejor!. "Seno"... "Seno incorrupto".
Me meten en una urna y me exhiben, correctamente tapadito y adecentado. Toda la iconografía cristiana está llena de túnicas, trapos, taparrabos y larguísimas melenas de oro, encargadas de cubrir todas aquellas partes que deben ser preservadas de la falta de moralidad de ojos impuros.
Incluso algún milenario cura, anticipándose al marketing, decide cambiar lo de "monja cochambres" por algo así como "Sor Miserias", menos popular, más bíblico ¿"Cool", podríamos decir?
Total. La "Teta fósil de una monja cochambres" llega a nuestros días como el "Seno incorrupto de Sor Miserias".
Algo parecido le está ocurriendo a mi rabo.
30.12.2011 s3r raRØ ·02· (publicación original: 01-10-1996)
-"Listen to the rithm of the falling rain"- Así escrito queda feo. (Folinj. No. Folin... fooooolinnn...). No se por qué me peleo con esto. Ni siquiera me gusta la canción. Siempre he preferido cosas un pelín más complicadas. Aquel tema de Kate Bush donde inventa una máquina de hacer lluvia. ¿Inventa? Ella no. Sólo hace de ayudante. Es aquel actor que hace de..., en el video, claro. ¿Cómo se llama? Donald Suth... Sund... ¡Joder! Aquí todo el mundo pronuncia Suterlan..., o Shazerlan-d, si creen que saben idiomas. ¿Y aquel otro...? Si. El Rain maker (meiquer, rein meiquer). Ese me gusta mucho. Me va. Más místico... bonito... serio. Nadie sabe lo muy normal que puede llegar a ser el trabajo de fabricante de lluvia. Estúpido, a veces-.
" Listen to the rithm of the falling rain " (suena la música)
- No, no. No creáis que soy un loco labriego que anda tirando cohetes a las nubes, o un indio emplumado que gasta zapatillas saltando como un jilipollas en el último piedro de la colina más alta. O uno de esos barrigones prietos con alitas que se dedican a hacer pis impunemente sobre el coco del desvalido personal, flotando por los aires de los cuadros del Renacimiento. No. Soy un simple fabricante de lluvia, sin genio ni locura. El de verdad. El que hace que llueva aquí y allá, cuando toca claro... ¿Que cuando toca? ¡No te jode! No me voy a poner a explicarte los criterios que se utilizan (¿criterios? Señor, Señor...).
En todo caso yo soy un lluviero plenipotenciario. Me guío por ataques del monstruo. Todo tiene que parecer casual. Confieso que a veces hago algún esquema y lo sigo a rajatabla. Así no tengo que pensar más-.
" Listen to the rithm of the falling rain " (suena la música)
-Me parece que estoy hablando demasiado. Como me despiste os digo quién soy. Todo el mundo me pediría explicaciones de por qué llueve tanto aquí... de por qué hay sequía allí... cacho cabrón, que inundación te has marcao... Te llamarían a la puerta y ¡zas! la maruja de turno, que si le riego el geranio. Políticos y pastosos encima tuyo para controlarte-.
- No más. Mira, oye... voy a seguir mejorando mi inglés con canciones de la radio. Será mejor. Toca sequía y hay que joderse. Yo también me aburro. Punto.
" Listen to the rithm of the falling rain " (suena la música)
- ¡Lluvia! Yubia. ¿Que estúpida es la "ll"? Inútil. I...u...bi...a.
29.12.2011 s3r raRØ ·03· (publicación original: 08-09-1997)
La mayoría de los hombres sólo saben hablar de sí mismos, de la misma manera que las mujeres se pasan todo el día despotricando de los demás. Ambas dos cosas no tienen por qué ser malas.
Dejemos esto. No tengo ganas de tratar este tema.
Es otro el comportamiento humano el que me apetece despellejar. Uno de los que más me revientan y que viene a funcionar más o menos así: -"¡cómo me jode tener a alguien delante mío!... me tapa la vista... aunque vaya más rápido que yo"-, algo perfectamente aplicable no sólo a la circulación sino también a la mayoría de campos de la vida.
-"Menos es más (...y me quedo detrás)"-, cabría pensar.
Pero lo cierto es que si en un ataque de humildad decides quedarte en segundo o tercer lugar la cosa no mejora en absoluto. Todo aquello está lleno de incompetentes o despistados. Los primeros intentando (y fallando, y cagándola, y...) ser los primeros. Los segundos en estado de profunda inconsciencia. Para ellos de puta madre, pero para el que esta en plena cura contra el "stresssss"...
Los primeros que quieren ser primeros son muy previsibles. Seguro que te van a dar. Sobre todo si ya te han dado. Queda decir -"¡Mierda, lo sabía! ¡Era tan previsible!". Luego viene lo de las quejas. La adrenalina, ya se sabe.
Los segundos en estado (de profunda inconsciencia, mal pensados)... son imprevisibles. Seguro que te la das contra ellos. Siempre están en medio. Queda decir -"¡Mierda, no lo vi! ¡Era tan imprevisible!". Luego viene lo de las quejas. La adrenalina, ya se sabe.
No hay más categorías. O estás en una o en otra. ¡Porque delante de todo no vas a estar, so vacilón!
Tu mismo.
Otra cosa es desear ser diferente. Deseillos. No se... perseguir tu hocico por toda la habitación..., convertirte en una reliquia eclesiástica de primer orden... ser raro. ¡Es tan tentador!
Yo suelo recomendar que no, que ni se te ocurra. Toda la vida deseando ser raro y el día que lo consigues la has cagado. ¡Que añoranza!, ¡que envidia!, ¡cuanto hijodeputalisto!, ¡y ahora cómo me lo hago yo!, ¡que feliz serías si te gustase jugar al "Trivial" o al "Pictionary"!, ¿y la Gemio? ¡Realytis, disfrutar de los realytis! Fútbol, Uma Thurman en tetas, prensa amarilla...
Sáltate los semáforos seas previsible o imprevisible, pero no por raro. Cansa mucho.
Y aburre.
28.12.2011 s3r raRØ ·04· (publicación original: 08-09-1997)
(Imaginemos que...)
...soy un perro...
...de dibujos animados, aviso. De esos que tienen la nariz negra, brillante y esférica.
De ese apéndice os quiero hablar. Acaba de salir rebotando por toda la habitación... ¡y me lo estoy pasando "de traca"!
(Persigo, persigo, persigo)
Ya sabéis; soy un perro.
Acabo de perder mi mejor órgano (sensorial, se entiende) y yo juguetón detrás de él, resoplando, babeando y ladrando.
Jo... perseguir tu hocico por todas partes...
Hasta hace poco, me perseguía la cola.
27.12.2011 s3r raRØ ·05· (publicación original: 09-09-1997)
"No por mucho madrugar vale más pájaro en mano". Con este refrán y mi violín estaba yo subido a un tejado cuando sonó un ¡CREC!, despertando posteriormente en la cama de un hospital de la Seguridad Social con media docena de clavos (de cinc) en una pierna, una resplandeciente placa de metal (cinc) de cuatro dedos de ancho como mínimo en la cabeza y el violín atravesado en el costado, hundido hasta la base del mástil y saliendo por detrás.
- No nos ha dado tiempo a quitárselo -me dijo una enfermera.
- Pero el violín es mío -bromeé yo.
No me sentí muy gracioso. O no lo entendió, o estaba preocupada por mi estado o no le hizo gracia, que era lo más probable por la cara que puso.
- En realidad su riñón le fue extirpado al violín. La operación tuvo su cosa; estaba muy enredado en el clavijero. El bazo está en su sitio, pero le será extirpado junto con el violín. ¿Le duele la cabeza? -.
¡Eso ella! A las mujeres siempre les duele la cabeza en el momento más inoportuno. Lo cierto es que me dolía. Mucho.
- ¿Y el violín? -.
¿Cómo coño me iba a doler? ¡Qué huevos tenía la simpática!.
- Me refiero al costado -me recriminó, adivinando la confusión.- ¿Y el riñón? -añadió cínica.
Sí. Hasta el riñón que no tenía me estaba doliendo. Se me estaba pasando el efecto del calmante y la imbécil con un ataquito-de-risa que no le dejaba ni ponerme otro. Pensé lo bonito que sería que la operasen minutos más tarde de una distensión muscular en el estómago producida por tanta hilaridad, pero me acordé de que había empezado yo.
La culpa es mía. Por tocar el violín.
Thanx to Juanjo S.S. (por lo de los dolores femeninos de cabeza).
26.12.2011 s3r raRØ ·06· (publicación original: 12-09-1997)
¡Ufffff! Ese brutal placer que se siente cuando entras dentro y sientes el color amarillo a tus lados, escoltándote. Es entonces cuando dan ganas de matar al conductor, sentarse en su asiento de incomodísimas bolas de colores, tan alineaditas ellas, insultar a pizzeros, mensacas y otras especies de motoristas, todo ello sin dejar de escupir a cualquier coche recién salido del túnel de lavado.
La sensación que se debe sentir al escuchar las frenadas a tu espalda, cuando se cruzan tres o más carriles reduciendo de 100 a 0km/h., en el momento que se levanta una mano en la acera al grito de... ¡Taxi!
Maravilloso el erizársele a uno los pelos del cogote cuando entra un cliente sospechoso. Mejor llevar uno mismo la facha. Camisa gastada o jersey color mierda. Pelo (poco) grasiento o casposo por los hombros. Si te acabas de duchar, ponte gomina. El interior del taxi tampoco debe oler demasiado bien. Si llevas ambientador que sea de los que tienen forma de abeto y lo cuelgas del retrovisor.
Tiene que oírse el gesto incontrolado de desagrado del desafortunado cliente, justo al encontrarse el raído adhesivo de "prohibido fumar" que ni siquiera le permitirá encender el cigarrillo salvador de sus sufridas fosas nasales. Eso minará sus intenciones de ser simpático y conversador contigo.
¿Y el intentar timar en el cambio? Con esa maquinita de dar el cambio que parece una reproducción de los silos que hay en el puerto, esos que producen las epidemias de asma cuando se descarga la soja en verano. Mucho más interesante que trucar el taxímetro.
Pero lo mejor de todo debe ser tener en la mano esa especie de barra-verga que uno esconde debajo del asiento para protegerse de los "quinquis". Ese prieto muelle contundente, con esa pesada bola de metal en la punta...
...El amarillo. Es definitivamente el amarillo sobre fondo negro lo que me puede. Por eso no quiero irme de Barcelona. Por eso no me gustan los taxis de Madrid.
Por eso, si no se ha estado nunca en Barcelona, esto no tiene sentido. Se pierde uno lo realmente importante.